/Evidentemente el culmen de la obra es el apartado audiovisual. Particularmente, realzo los sonidos y su música, el movimiento de mayor acción me parecen un poco aparatoso, aunque no quiero quitarle el mérito de lo exótico y grotesco que suelen ser los diseños de Hayao. Eso es algo que no se discute y en el que todos coincidimos.
Ahora bien, la historia no termina de convencer, carece de consistencia. Es verdad de Legault cuando dice que todo es arbitrario, pero no veo en eso una dificultad que impida el disfrute, sino más bien lo es su insustancialidad. Puede que una cosa vaya con la otra y tenga razón cuando dice que nada mejor que la magia para atar cabos sueltos. No lo sé, como firme amante de la magia, creo que embellece al film ese toque fantástico, de exaltación de irrealidad.
Cuando pienso en la insustancialidad de la película creo que el origen está en los tiempos. Está todo demasiado apretado y las escenas deben decir más de lo que deberían. No estoy diciendo que las escenas deberían ir más lento, sino que deberían a hacer referencias a lo apropiado para el desarrollo y no querer resumir varias partes de la obra original para llegar con los tiempos. Por poner un ejemplo, la versión fílmica de Guerra y paz de Tolstoi con Audrey Hepburn y Henry Fonda, es solo una sucesión de escenas y nada fluye en ella, se pierden más tiempo en mostrar a Natasha pensando en Andrei en un baile, que en mostrar los engaños de Elena a su esposo Pierre. No he leído la obra original del Castillo errante de Howl, pero es evidente que pasa con demasiada levedad por el argumento, solo nos basta mirar en que la bruja que hechiza a Sophie casi sin más termina siendo admitida en el castillo, al igual que el chico aprendiz de mago pierde relevancia absoluta casi inmediatamente... y así, casi todo. La personalidad de la protagonista, como dice BlancaXLobo, va evolucionando, lo que me da una idea de que tal vez la vejez sea, para la autora, una representación de ese desarrollo. Pero probablemente sea la única victoria del director, el resto de los personajes los vemos cambiados, pero no notamos su evolución, es como si los evaluamos solo por las diferencias entre el comienzo y el final de la obra, pero no nos muestran el cambio en sí.
Hay muchas cosas que quedan en el aire, el gran Calcifer, verbigracia, o la propia maldición de Howl.
El desenlace tiene idas y vueltas e intenta jugar con las sensaciones. No digo que esté mal, solo que hay momentos en que se siente que se alarga.
Mi nota, sería un 4,9/10 |